REVISAN CORRESPONDENCIA ENTRE ZAPATA Y PANCHO VILLA
Juan Carlos Talavera | Culturas
Sábado 11 de Dic., 2010 |
Novedad. Los ponentes explicaron el contenido del libro de Armando Ruiz. Foto: Marco Rosales
Francisco Villa y Emiliano Zapata no fueron dos revolucionarios ignorantes que salpicaron balas en el México de la Revolución. Ambos sabían leer y escribir, siguieron de cerca sus avances y estaban informados de la influencia política y económica de Estados Unidos, explica el investigador Armando Ruiz Aguilar, autor de Nosotros los hombres ignorantes que hacemos la guerra. Correspondencia entre Francisco Villa y Emiliano Zapata.
El volumen consta de un estudio introductorio y 26 cartas entre ambos caudillos, por lo que se considera la recopilación más completa y la posibilidad de una lectura diacrónica que destruye algunos mitos y plantea la búsqueda que existió para acercar la revolución del sur y la del norte, detalla el investigador.
Un detalle particular de la correspondencia es que se ha identificado a una mujer de nombre Petra, quien fue al menos una de las mensajeras que fungieron como intermediarias para hacer posible este enlace, considerado “valioso y copioso”, en un momento en que la distancia geográfica era amplia.
Este estudio nació como resultado de las pesquisas de Armando Ruiz Aguilar mientras trabajó para Friedrich Katz durante tres años, acopiando materiales de recinto como el Archivo General de la Nación y el archivo histórico de la UNAM, aunque al menos tres documentos los rastreó en fuentes extranjeras como The University Texas y National Archives en Washington D.C.
PARODIA. Editado por la Dirección de Publicaciones de Conaculta, Nosotros los hombres ignorantes que hacemos la guerra ostenta un título irónico, una parodia que lanza una crítica a quienes siguen pensando en estos hombres como dos ignorantes que se lanzaron al vacío de una guerra sin sentido, cuando en realidad tanto Villa como Zapata abanderaron proclamas para un país mejor, explica.
De acuerdo a la correspondencia, el trato entre Villa y Zapata fue “políticamente correcto”, y revela el apoyo que durante mucho tiempo la División del Norte le proporcionó al Caudillo del Sur.
Ambos caudillos estaban bien documentados, explica el investigador, “así que no sólo eran buenos para la guerra y las mujeres, sino que estaban bien enterados de la situación social y política de aquellos años”, afirma.
Pero Villa y Zapata no llegaron a ser amigos porque sólo se vieron en cuatro ocasiones. La primera es aquel encuentro multicitado del 4 de diciembre de 1914, en Xochimilco, y tres veces más durante los próximos diez días, tiempo insuficiente para conocerse del todo, detalla.
Respecto al carácter impulsivo de ambos caudillos, el investigador señala que es necesario imaginar el escenario y la adversidad de la época. “Entonces ambos luchaban contra las fuerzas constituidas y siempre andaban a salto de mata, y con el temor a cuestas”, explica.
CARTA FRUSTRADA. Desde las primeras cartas se aprecia la importancia que el Cuartel General del Sur le dio a su relación con Pancho Villa, dado que el mando zapatista alistó una delegación del más alto nivel, encabezada por Ángel Barrios, Otilio Montaño y Santiago Orozco para buscar el mejor acercamiento con los revolucionarios del norte.
En esta correspondencia el investigador también incluye la citada carta de enero de 1916 donde Francisco Villa le pide a Zapata unir fuerzas para invadir Estados Unidos, una vez que los vecinos del norte respaldaron su apoyo militar al caraísmo. Esta misiva nunca llegó a manos de Zapata.
La historia detalla que Francisco Villa comisionó al general Eduardo Ojaranzo para entregar personalmente la misiva. La delegación salió el 16 de enero, pero luego de recorrer 160 kilómetros hacia el sur, fue asesinado.
Etiquetas: cultura
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