LOS CUARENTA Y UNO
Cultura: Reeditan la primera novela gay en México
Reeditan Los cuarenta y uno, primera novela gay en México
Juan Carlos Talavera | Culturas/ La Crónica
Lunes 4 de Octubre, 2010
Portada del libro
El investigador Robert McKee recuperó Los cuarenta y uno, novela crítico-social escrita por Eduardo Castrejón en 1906, que fue borrada del mapa literario y prohibida durante el porfiriato, donde se dibuja la mofa y el amarillismo de la prensa y la sociedad en general en torno al tema de la homosexualidad en aquella época.
La novela de estilo popular, escrita bajo seudónimo, narra los acontecimientos del 17 de noviembre de 1901 cuando la policía capitalina realizó una redada en una fiesta donde encontró 42 hombres, 19 de los cuales iban vestidos de mujer.
Según los datos de la época, todos los asistentes a la velada fueron llevados presos, menos uno, porque según las pesquisas del investigador debió omitirse el nombre de un personaje influyente: Ignacio de la Torre, yerno de Porfirio Díaz, “un libertino caracterizado en dicha novela bajo el seudónimo de Pedro Marruecos”. De tal suerte que los testimonios escritos comenzaron a utilizar el número 41 para referir aquel acto que la sociedad convirtió en una leyenda urbana o mito social, señaló Robert McKee, quien elaboró el estudio crítico del libro, acompañado de un prólogo de Carlos Monsiváis.
Según McKee, “en principio pensé que el autor de la novela era un periodista que había tratado el tema con mucho desdén, con rencor exagerado, aunque en otros momentos se fija en detalles de cómo se visten y maquillan los travesti, cómo lo disfrutan y poniendo énfasis en su fascinación”.
Sin embargo el estudio de la homosexualidad fue problemático desde 1895, cuando se dio la noticia del proceso y encarcelamiento de Oscar Wilde, aunque sólo fue visto como un hecho extranjero, hasta 1901, cuando se convirtió en hecho nacional.
Para el investigador, Eduardo Castrejón, el supuesto autor de la novela, sólo es el seudónimo que Mariano Ruiz –general, diputado, gobernador de Nayarit que estaba aparentemente viviendo en la ciudad durante la época– utilizó para elaborar este ejercicio escriturario. “Y probablemente utilizó seudónimo porque nadie se atrevía a hablar abiertamente del tema con el enfoque de una novela porque se podía manchar su reputación”, aseguró.
Cabe señalar que de esta novela —editada por la Dirección de Literatura de la UNAM— sólo existe un ejemplar en el Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional, donde se requiere de una identificación para su acceso, de tal suerte que desde su aparición este libro fue censurado y relegado de la historia literaria; de ahí la importancia de una nueva edición, apuntó.
En su estudio crítico, McKee señala que existen varias novelas decimonónicas como El periquillo Sarniento, de Joaquín Fernández de Lizardi; Clemencia, de Ignacio Altamirano; Astucia, de Valle Inclán, Los mariditos, de José Tomás de Cuéllar, y El fistol del diablo, de Manuel Payno, que contiene referencias homoeróticas.
LOS 41. Para la escritora Rosa Montero, la sociedad se escandalizó más de lo que se sorprendió, “porque como explica Robert Mc Kee, era un hecho por todos conocido, siempre y cuando no fuera exhibido, sólo así la sociedad estaba dispuesta a tolerarlo.
“Este episodio del underground urbano fue conoció como ‘El Baile de los 41’, cifra utilizada desde entonces como estigma y choteo de la homosexualidad en México”, apuntó la escritora.
Finalmente, recordó los tres grabados que José Guadalupe Posada elaboró sobre el caso de Los cuarenta y uno. El primero hace alusión al baile, donde se observa a un grupo de hombres con bigote en traje de mujer. “Aquí están los maricones, muy chulos y coquetones”.
El segundo correspondió a su supuesta humillación pública barriendo las calles, enfundados en los trajes de mujer con que fueron encontrados; y en 1907 recurrió al mismo lema: “El feminismo se impone” para retratar a seis hombres haciendo labores de la casa vestidos de mujer.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio