16 sept 2010

ANECDOTARIO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA DE RAFAEL SANCHEZ ESCOBAR ESCRITOR YPERIODISTA TUXPEÑO

EL PRECURSOR DE LA ORATORIA DEMOCRÁTICA

Autoría Rafael Sánchez Escobar

Cuando existen partidos antagónicos es consecuencia natural que uno al otro se censuren todos y cada uno de sus actos con o sin razón.

Críticas mordaces brotan en los labios de aquellos que se creen con derecho a poner en tela de juicio cualquiera ejecución del contrario, y es de verse que por el motivo más insignificante se ponen de oro y azul.

En las discusiones políticas los ánimos de caldean, la palabras fuertes abundan, las alusiones personales se prodigan recíprocamente… y la sangre no llega al río la mayoría de la veces.



El 23 de julio de 1859 expidió el gobierno de don Benito Juárez la ley referente al matrimonio civil y los conservadores aprovecharon para dirigir acres censuras a la misma, tanto en lo privado como públicamente.

Una revista reaccionaria de aquella época se expresaba en estos términos “Es cosa extraña que declarando contrato civil el m matrimonio lo haga indisoluble, como el sublime legislador de los sacramentos, Jesucristo que lo elevó al rango de tal, consagrando así el primer vínculo social.

El sermón que la ley pone en la boca de los Curas Alc aldes dirigido a los contrayentes, es muy curioso y risible”

¡Cómo no había de ser motivo de risa para el Partido Católico un acto cívico que dejaría sin validez legal el que los de ellos efectuaban! PERO Don Benito Juárez, no obstante las negativas del clero para que el cielo con sus rayos y todas sus milicias lo aniquilase, triunfó en toda la línea y el matrimonio civil se vio después entre nosotros como un acto indispensable ante la ley y la sociedad, a pesar de los duros anatemas de que se hizo objeto y las burlas que sufrió por los retrógrados.

El Partido Científico o porfirista principió por no dar importancia a las prédicas democráticas de don Francisco I.Madero, así como a su obra política “La Sucesión Presidencial de 1910” tildan_ dolo de loco y hasta lanzando la versión de haber estado recluido en un manicomio de Francia durante bastante tiempo, por sufrir una perturbación mental.

Objeto de innegables burlas era por su innegable afición al espiritismo a lo cual atribuían la nerviosidad que el él fue característica. Con aquellas cosas nada consiguieron sus enemigos ; pero cuando estuvieron los gobiernos percatados de la semilla de su palabra , sembrada en ciudades y pueblos de poca monta, principiaba a dar óptimos frutos , recurrió a cuantos medios tenían a su alcance para contrarrestar sus prédicas ´, se le calumnió más aún y se le persiguió hasta hacerlo prisionero en San Luis Potosí .



La verba de los licenciados Jesús Urueta y Roque Estrada, del socialista Lázaro Gutiérrez de Lara, del periodista Rafael Martínez (Rip-Rip) y otros tantos oradores de menor empuje que los citados, no obstante la forma en que eran interpretadas sus palabras por el grupo absolutista que por todos los conceptos las ridiculizaba, fueron recogidas por el conglomerado en cuyo ánimo encontraron terreno propicio para germinar, viendo en ellos esas clases oprimidas, a los precursores de la nueva alborada en cuyos fulgentes rayos se entrevería la redención del pueblo.

La prensa asalariada no se eximía de calificar a dichos ciudadanos de oradores de plazuela, merolicos y otras diatribas con las cuales pensaba contrarrestar su labor democrática y que a la postre resultara estéril.

En esos mítines todos querían hacer uso de la palabra y nada extraño, era que después de haber dejado la tribuna el propio señor Madero o alguno de sus correligionarios que lo acompañaban, los que con fluidas palabras habían hecho exposición de los ideales que se perseguían, la abordase un humilde obrero vestido de azul mezclilla y vertiendo rudas frases – que eran comprendidas por sus compañeros – sintetizara aquello que con galanura, haciendo alarde de erudición y fácil oratoria , habían expuesto a todos los que le precedieron.

En este caso refranes que son pequeños evangelios se cumplían al pie de la letra, pues las masas entienden mejor cuando al pan se le nombra pan y al vino, vino, que al usarse bellas metáforas que no llegan al alcance de su poco cultivado entendimiento.

Al pueblo hay que hablarle claro para que entienda y esto ya lo dijo un inmortal poeta: El vulgo es necio, pues que paga, es justo hablarle en necio para darle gusto.

Para robustecer lo anterior y antes de entrar en materia, permítaseme referir por venir el caso, una anécdota del para mí, inolvidable maestro don Juan de Dios Peza.

El 15 de julio de 1867 entró triunfante el gobierno presidido por el inmortal Juárez quien izó en el asta bandera del Palacio Nacional el pabellón tricolor que tan denodadamente había defendido las fuerzas republicanas que lo apoyaron.

El 16 de septiembre de ese propio año fue celebrado con doble júbilo, pues a la vez que se conmemoraba la gloriosa fecha en que se inició nuestra primera independencia, a ella se aunaba el regocijo de verse nuestra patria libre de los invasores.

La fausta ceremonia se celebró la noche del 15 en el escenario del gran Teatro Nacional en cuyo fondo se colocó el estrado oficial, presidiendo la ceremonia el demócrata presidente citado.

El popular poeta Manuel Acuña, verdadera gloria de nuestro Parnaso, fue comisionado para leer una composición en verso del cual era el autor pero, según refería Don Juanito, quizá por haberla pronunciado sin bríos de orador, con poca fogosidad o en voz no muy sonora, el público no le tomó sentido dándose el caso de que el hijo predilecto de las Musas descendió de la tribuna oficial en medio de un profundo silencio por parte del auditorio recibiendo únicamente los parabienes oficiales.

Acuña en unión de Peza, se retiró triste del lugar acordando ir a ambular por estas calles de Dios sin rumbo fijo.

Poco después llegaban a una plazuela lejana donde se celebraba el Fausto acontecimiento histórico, escuchando los gritos de la multitud que pedía hablara don Chenco el pulquero del barrio, pues ya estaba libre la tribuna.

Aquel hombre alto y ventrudo y de un color trigueño rojizo, con bastante dificultad subió al templete y abordando la tribuna, principió su peroración de esta forma:



En el pueblo de Dolores

¡Si señores!

Miguel Hidalgo y Costilla

No se humilla.

El y los de su pandilla

REDOTARON a Castilla

Porque eran muy machos

Y no coyones como todititos ustedes.

Ese final fuertemente saturado de adjetivos altisonantes y con sus correspondientes mueras a los españoles arrancó un espontáneo y estruendoso aplauso de aquella ebria multitud.

En tono muy sentencioso, díjole Acuña a Peza:

Mira, hermano: caliéntate la cabeza durante muchas horas escribiendo una composición poética con todas las reglas del arte; pronúnciala ante una selecta concurrencia sin obtener un aplauso y ¡Vente a encontrar un competidor de esta naturaleza a quien por un cúmulo de disparates vitorean hasta rabiar y se le baja en hombros. ¡No hay derecho!



Sacado de la biblioteca particular del Gral. Luis Manuel García Delgado.

El autor de este artículo es Rafael Sánchez Escobar ( 25 de agosto de 1934)

Transcripción: Nina Salguero



N DE LA R. Algunos historiadores sostienen que el Gritode Independencia se instauró el 15 en la noche , en honor de Porfirio Diaz quien cumplía años ese día, pero a través de esta narración se constata que no fue así.

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