23 jun 2010

TRAS LA MUERTE DEL ESCRITOR CARLOS MONSIVAIS ¿DÓNDE ESTAN SUS GATOS?

Por:Laura Viadas

http://www.planetaazul.com.mx/www/2010/06/21/tras-la-muerte-del-escritor-carlos-monsivais-%c2%bfdonde-estan-sus-gatos/


Considerado “la conciencia de México”, el escritor ha sido ya cremado y continuará siendo motivo de homenajes tanto a nivel nacional como internacional, pero además de su trabajo de agudeza intelectual Monsivais también será recordado por su grado de implicación con los derechos humanos y animales. Y es ahí donde surge la inquietud: ¿Cuál es el destino de los felinos con quienes compartía su vida, aun en contra de la voluntad de su familia?

MÉXICO, D.F. 21 junio 2010.- La muerte del escritor mexicano Carlos Monsiváis ha sido difundida por gran parte de los diarios y portales de más importancia del mundo: Chile, España, ecuador, Puerto Rico, Estados Unidos e Inglaterra publicaron el mismo sábado en la tarde la noticia del fallecimiento del escritor reconocido globalmente que nació en la ciudad de México el 4 de mayo de 1938.

La labor de Monsivais, como pocos personajes en vida, fue destacada ampliamente, habrá que esperar por supuesto lo que vendrá al respecto, pero igualmente importante resultaba la relación que tenia con los animales y es en ese renglón donde nos detenemos aquí en Planeta Azul:

Monsivais murió el sábado 19 de junio, victima de las complicaciones de una fibrosis pulmonar, hasta el momento se desconoce si desde el 2 de abril, cuando fue hospitalizado, habló sobre su herencia o sobre el destino de sus gatos a los que consideraba un “tesoro de la vida”. Pero la alarma se enciende hoy, poco más de 48 horas después de su fallecimiento pues los rumores apuntan a que los felinos no correrán con buena suerte.

La prensa nacional ha referido que el día de ayer organizaciones protectoras de animales se manifestaron frente a la casa del escritor, para exigir a sus familiares que sea respetada la vida de los gatos que fueron compañeros del fallecido cronista de México.

Se reunieron sobre 30 personas, entre activistas y vecinos simpatizantes, pidiendo que los felinos sean destinados a un lugar apto para su protección.

Esto tuvo lugar después de que una integrante de la organización “Gatos Olvidados”, a la que pertenecía el escritor, llamó al domicilio en donde una mujer que se identificó como “prima” de Monsivais le informó que la mitad de los gatos habían sido ya sacrificados y que estaban por dormir al resto.

Hay información encontrada pues por un lado la escritora Elena Poniatowska, íntima amiga de Carlos comentó que quedaban “sólo tres gatos”, otras personas cuestionadas cuando salían del domicilio desmintieron la versión de la muerte de los gatos subrayando que solo la “prima Beatriz” es la indicada para dar una versión al respecto, mientras que por otro lado personal doméstico afirmo que continúan vivos 12 felinos.

La petición de las organizaciones protectoras de animales piden que se muestre a los animales vivos para proceder después a colocarlos en otros hogares.
Lo anterior puede ser interpretado por los más neutrales como una exageración, sin embargo el temor tiene sustento ya que en incontables ocasiones el mismo Monsivais se refirió a la situación como la “vergonzosa incomodidad de sus familiares” puesto que les “disgustaba” la presencia de los gatos; pero no se trata sólo de una cuestión de empatia con los animales, lo mas grave es que ha circulado ya la voz acusadora sobre que los gatos y sus libros, sus dos grandes pasiones, fueron lo que provoco la muerte del escritor.
La teoría familiar dice que fue la caspa de los 13 gatos, así como el polvo acumulado en los 20,000 volúmenes de libros que tenía en su casa, lo que provocó la fibrosis pulmonar que terminó con su vida; teoría refutable ya que médicos especialistas han afirmado que la fibrosis pulmonar se relaciona con las aves, en particular con las palomas y que la convivencia con gatos o perros es todavía una línea de investigación no comprobada.
Con lo anterior, no obstante la voz de los médicos, ahora parece que la “venganza” por su muerte es matar a sus gatos. Si es así, entonces la pregunta de ocasión resulta obvia: ¿Que va a pasar con sus libros, también culpables?, ¿Será que los quemarán en el jardín, como escena traspapelada de la época del oscurantismo?. No, no parece algo probable, seguro que no, sencillamente por lo que deben de costar los ejemplares; en tal caso mejor subastarlos –si es que la familia no quiere ningún “recuerdo doloroso” de lo que señalan como detonantes de la tragedia-. Y con esta seudoreflexión permitámonos una ligereza, evoquemos por un segundo el talante irónico de Monsivais para especular: ¿No hubiera sido mejor si anunciaban en subasta a los animales?, así por lo menos hubieran juntado un buen fondo para compensar la honda pena de la familia, ¿no?
Lamentable esta manera de empañar la imagen de un hombre que con singular vocación se metió en un sin numero de problema por defender conceptos universales: libertad de expresión y libertad de acción; ambos resumen de su obra y vida.
En lo que esperamos la notificación oficial sobre los compañeros de vida de Carlos Mosivais nos queda el amargo sabor de boca por lo ya sucedido pues en entrevistas quedó muchas veces constancia de su amorosa y respetuosa apreciación por la vida animal.
Basta con echarle una mirada a la red para encontrar las miles de fotografías del escritor con sus gatos para saber que fiel a su voluntad –por muy debilitada que estuviera en los últimos meses por la enfermedad- estaría pegando de gritos protestando por lo que sucede o si prefieren podemos hacer uso de otra imagen; como apunta el dicho popular: Monsivais debe estarse retorciendo en sus cenizas de solo pensar que a su muerte sus gatos sean satanizados y por ello sacrificados.

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